Analizando la frecuencia y la regularidad con que se realizan en
Argentina buenas y atractivas exposiciones filatélicas, no hay cómo no admitir
que están presentes, como razón para ello, tres aspectos básicos: organización,
método y medios.
No hay duda de que, en lo que se refiere a sus exposiciones, los
argentinos parecen tener una manera muy propia de manejar el tema, como si
fuera uno de los objetivos “permanentes” y “sagrados” de su Federación; de
manera que organizan su calendario anual de exposiciones con algo de
antelación, delegan responsabilidades a cada entidad local que las organiza,
supervisan y acompañan a cada una con la indicación de un Veedor federativo y
un Comisario General, etc. Y siempre con un ingrediente de solidaridad interna
que les es muy peculiar.
Un hecho que aparece como positivo, a nuestro juicio, es que la
Federación Argentina de Entidades Filatélicas – una entidad de larga tradición
en América – es una de las pocas que cuenta con sede propia, incluso con un
amplio espacio destinado a exposiciones. Además, su Consejo Ejecutivo se reúne
a cada mes, lo que pone en evidencia su vitalidad.
Por otro lado, el patrimonio institucional de la Federación incluye un
insumo precioso, esencial para las exposiciones: una notable cantidad de marcos
expositivos, que garantiza un buen “arranque” para cualquier evento que se
organice en el país, sea éste competitivo o no. El año pasado, por ejemplo, los
argentinos tuvieron dos exposiciones nacionales generales y otra juvenil
nacional, lo que es envidiable.
Vitrinas en la sede de la
FAEF
Según nos informó el Presidente Eliseo Otero, la FAEF mantiene en su
sede cerca de 320 vitrinas individuales en condiciones de uso, más 180 en
reparación. A éstas, de diseño más antiguo, se suman 32 marcos dobles nuevos,
auto-portantes.
Así que dichas vitrinas suelen “viajar” de un lado para otro a cada
exposición que se realiza, como la “espina-dorsal” de cualquier evento.
A su vez, algunos clubs filatélicos tratan de seguir produciendo, por
iniciativa propia y según sus posibilidades, marcos auto-portantes con diseño
similar a los nuevos de la FAEF, para poder utilizarlos en pequeñas
exposiciones o muestras locales. Otros poseen vitrinas individuales de madera
(repartidas en el pasado por la FAEF) o de hierro, de manera que no será por
falta de marcos adecuados que dejará de haber exposiciones en las distintas
partes del país, mismo con las limitaciones de recursos financieros externos
para ello.
Otro aspecto interesante, y muy propio de la cultura filatélica
argentina, es que en momentos de grandes exposiciones, algunos clubs suelen
prestar sus marcos a otras entidades que organizan eventos nacionales o
internacionales.
De esa manera, con el trabajo solidario (o “mancomunado”, como es propio
del lenguaje de ellos) se dan, a cada rato, en distintos lugares del país – que
no es chico, que conste – exposiciones que mantienen viva y pulsante la
filatelia competitiva argentina.
Ahora mismo nos enteramos de que todos los marcos disponibles en la
sede de la FAEF se utilizarán en Río Grande. Un bello ejemplo de filatelia
organizada y verdaderamente integrada.