Ya tuvimos la oportunidad de referir, en este informativo, los temas
de predilección de Emilio Obregón (Teatro, Pintura y Pintores, y Cristo y
Cruces), como también el título de una de sus colecciones
que dejó inconclusa (Ciegos, Sordos y Mudos).
Pero aquella con la cual él más competía – y que, por lo visto, más le
gustaba, toda vez que la exhibía también en Cortes de Honor, cuando actuaba en
el Jurado – tenía por título Thanatos, o la Muerte es Cosa Seria, con la que ganó varios premios, tanto nacionales
como internacionales.
En el resumen sobre la misma, que constó en
el catálogo de la BRASILIANA’ 79, se
la describía así: “La muerte en los sellos, desde Abel y Caín hasta las
tragedias de Múnich y los Andes”.
Un probable sello (de
1971) en la colección de Obregón
Irónicamente, fue en la BRASILIANA’ 79 que Emilio Obregón
compitió por la última vez, y con esta colección, ya que vino a fallecer tres
meses después. Lo que se sabe es que la misma fue posteriormente vendida, y de
seguro, por separado, toda vez que nunca más se oyó hablar de ella compitiendo en exposiciones internacionales, aunque fuere bajo un otro título.
BRASILIANA’ 79, la última
exposición en la que Obregón participó
El hecho es que, aún en la actualidad, es
raro encontrar filatelistas temáticos que se dediquen a coleccionar y discurrir
sobre la Muerte. Pero acreditamos que Obregón no deba haber tenido mayores
dificultades para ello, por cuanto los mexicanos tienen formas muy peculiares y
curiosas de lidiar con ese tema, muy presente en sus creencias, ritos y costumbres,
incluyendo la propia literatura burlesca.
Un detalle curioso que encontramos hace
algún tiempo en una reseña titulada La
filatelia que trasciende (en El
Jolgorio Cultural, México, que a su vez se basaba en el prólogo de la obra-prima Filatelia – Timbres,
Sellos y Estampillas) nos revela que “dentro
de su temática, Obregón optó por el teatro y la pintura, tan apreciada esta
última que, en 1963, solicitó a la Dirección General de Correos se emitiera un
timbre al reconocido artista de la plástica, José Guadalupe Posada, con motivo
del 50° aniversario de su fallecimiento. El timbre es una reproducción del
grabado La Calavera de Don Quijote”.
El sello de México y “La
Calavera de Don Quijote”
Pues independientemente de la motivación que se
le atribuya a Obregón para haber conseguido esta emisión, no deben quedar dudas
de que dicho sello habrá encontrado buen lugar también en su colección sobre la
Muerte.
A propósito, al comentar sobre el mismo con
una de nuestras colegas que colecciona sobre El Quijote, ella nos pareció haber apreciado la información, que
ahora se le revela como “un aporte de Obregón también a su temática”.