Aunque no haya datos precisos, se estima que, en todo el mundo, menos
de un 5% de los filatelistas (independientemente de la rama a que se dedican o
la forma como coleccionan) participan en competiciones. La inmensa mayoría, por
lo tanto, disfruta del hobby simplemente porque les gusta reunir y organizar,
según los criterios que elija cada uno, sus piezas postal-filatélicas,
especialmente los bellos y apasionantes papelitos en colores que tanto les
complace y seduce – los sellos postales.
La verdad es que esa enorme cantidad de aficionados se dedica a la
filatelia solo por placer, como forma de ocupar algo de su tiempo de ocio con
una actividad gratificante, enriquecedora de conocimientos y valores, etc.
Por otro lado, también en este grupo de “filatelistas diletantes”, hay
aquellos que llegan a armar colecciones para enseñarlas a los familiares y
amigos, para exhibir en la escuela, en el club, etc., aunque sin el ánimo de
competición.
Pero hay varios otros a quienes les gustan las competiciones
filatélicas, y para participar de éstas tratan de armar sus colecciones según
las reglas y criterios establecidos para cada situación. Y no solamente lo
hacen movidos por el placer de las “saludables disputas”, sino que muchos
entienden que, exhibiendo sus bien elaborados trabajos en las competiciones, de
alguna forma contribuyen también para difundir el hobby y atraer, para éste,
nuevos aficionados.
En la Temática, entre aquellos que se proponen participar en
exposiciones competitivas, hay – y siempre hubo – una natural tendencia, en un
primer momento (especialmente cuando el expositor tiene poco conocimiento o le
falta orientación), a coleccionar un determinado tema juntando las piezas más
“por el asunto” o “tópico” que eligen, de ahí que empiezan simplemente
acumulando cosas, sin establecer un plan para desarrollar su trabajo.
Otra práctica un tanto común es salir a armar colecciones para fines
competitivos, pero sin tampoco buscar conocer bien las reglas y procedimientos
que se recomienda para elaborar una auténtica colección temática. Así, para el
caso de los que se inician en la filatelia competitiva (y el espacio para tal
son las exposiciones internas en cada país), si acaso frecuentan algún club
filatélico, cabe a éstos y a los expositores séniores orientarlos a seguir por
el camino correcto.
Por lo tanto, charlas educativas sobre cómo armar y mejorar las
colecciones temáticas es tarea primaria de los clubes y agremiaciones que
forman la base de la filatelia organizada.
Sin embargo, algo de responsabilidad cabe también a las federaciones
nacionales y continentales. Pero algo sobre lo que no caben dudas es que no se
espera que “estrenos” (excepto en casos especiales) ocurran en exposiciones
auspiciadas por la FIAF, por ejemplo, pues para ello se establece que las
colecciones participantes ya deben haber obtenido puntaje compatible en eventos
nacionales.
Eso significa decir que tanto los comisionados nacionales, como sus
federaciones y los comités organizadores de exposiciones deben estar atentos a
esa circunstancia. De esa forma, se evitan eventuales frustraciones que pueden
desestimular a algunos que, aunque todavía sin condiciones para ello, se
presentan en las exposiciones continentales.