No siempre se encuentra, en la figura de dirigentes de entidades de
cualquier naturaleza, auténticos líderes que, además de la capacidad ejecutiva,
tengan también una singular sensibilidad para observar e interpretar hechos
relevantes, que tratan de, en su momento, registrar en informes, notas, etc., y
que quedan para la posteridad como un valioso testigo de las cosas de su tiempo
y de su propio protagonismo como gestores.
La historia de la Federación Interamericana de Filatelia – FIAF echa
luces sobre uno de sus mayores presidentes del pasado, quién fue también un
notable pensador y excelente escritor, capaz de ir “para más allá de
simplemente decir cosas”.
Estamos hablando del costarricense Álvaro Bonilla Lara,
incuestionablemente el mejor “reportero” y cronista de las primeras
exposiciones interamericanas.
Álvaro Bonilla Lara
En una época en que no existía toda la parafernalia digital moderna
(cámaras, móviles, tablets, etc.) que, con un simple “clic” registran y
publican todo inmediatamente en la web, lo que contaba era la capacidad de
observar atentamente cada hecho y registrarlo después, de propia pluma, para el
conocimiento de sus contemporáneos y también de la posteridad. Bonilla Lara
tenía ese don y, en algunas ocasiones, sus reportajes incluían también algo de
imágenes fotográficas.
Una persona de gran erudición humanística y reconocidos conocimientos
filatélicos, Álvaro Bonilla Lara desempeñó importantes misiones al servicio de
su país, como Ministro de Estado y Diplomático, habiendo sido, incluso,
Embajador de Costa Rica en Chile durante el Gobierno de Eduardo Frei (1969).
Casado con una chilena, vivió por mucho tiempo en ese país, donde
murió en 1988 a los 85 años, y donde reposan sus restos mortales. Como
estudioso, experto y jurado internacional (desde EFIRA 1950, en Buenos Aires), dejó innumerables contribuciones en
el campo de la literatura filatélica, publicadas en distintos lugares en
revistas especializadas, además de libros y otros textos, muchos de los cuales
integran el acervo de la Biblioteca “Álvaro Bonilla Lara”, de la Asociación
Filatélica de Costa Rica, como también de la Biblioteca de la Sociedad
Filatélica de Chile, entre otras.
Ganador del “Premio Liechtenstein” en 1965, pasó a integrar, dos años
después, el Rol de Filatelistas Distinguidos (Gran Bretaña).
Integró la Directiva de la Sociedad Filatélica de Chile, a la que
llegó a presidir en distintas ocasiones, habiendo sido también Director, Editor
y colaborador de la renombrada revista Chile
Filatélico, incluso en la época que corresponde a los primeros años de la
FIAF.
A propósito, y es justo que se diga, mucho de lo que hemos encontrado
sobre la historia de la FIAF (y también de nuestra Comisión), quedó preservado
en las páginas de esa excelente revista, sin duda uno de los mejores
repositorios de las informaciones a las que nos referimos.
Bonilla Lara fue también uno de los “pre-fundadores” de la Federación
Interamericana de Filatelia (como delegado por Costa Rica en la “Reunión de
Washington” de 1968) y su Presidente en los períodos (1971-73 y 1975-76).
El Premio
Álvaro Bonilla Lara, la mayor distinción literaria de nuestra Federación
continental, creado en 1987 para promover, en el ámbito de la FIAF, la
literatura filatélica y reconocer, públicamente, la importancia, trascendencia
y el trabajo de investigación y/o divulgación hecho por el galardonado, rinde
homenaje a este gran prócer de la filatelia en las Américas.
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Quisiéramos renovar nuestros agradecimientos a los colegas chilenos
Ricardo Boizard y Manuel Mariño, de quienes hemos recibido, desde que iniciamos
las notas “históricas” en este blog, valiosas informaciones sacadas de sus
respectivas colecciones de Chile
Filatélico y de otras, ya que son dos reconocidos bibliófilos. Y también a Heinz Junge, Presidente de la
Sociedad Filatélica de Chile, y a la Administradora de esta entidad, Juany Muñoz,
por ayudarnos a complementar algunas informaciones que necesitábamos.