Nos sorprendió positivamente la gran cantidad de colegas filatelistas
(temáticos, en particular), de otras partes de América, que optaron por ampliar
su período de estancia en Quito para poder disfrutar del paseo a las ciudades
de Otavalo y Cotacachi (Provincia de Imbabura), con derecho a un almuerzo en un bellísimo
restaurante en la orilla del Lago San Pablo, con una vista, “de película”, del volcán Imbabura.
Salimos temprano rumbo a esas localidades norteñas, disfrutando de un
bonito viaje en la compañía de las siempre atentas Janet y Belén, esposa e hija
del Presidente de la AFE, Teddy Suárez, quién debió permanecer en Quito para supervisar el
desmontaje y entrega de colecciones a los comisionados.
Janet y Belén Suárez,
eficientes acompañantes
Mientras seguíamos camino, el guía turístico nos fue explicando
distintos aspectos históricos, geográficos, culturales, etc., asociados a las
zonas a ser visitadas, de manera que el viaje “pasó rápido”, como se suele
decir.
La primera parada fue en la ciudad de Otavalo, donde pudimos conocer y
pasear por la famosa feria a cielo abierto que caracteriza ese destino
turístico ecuatoriano, siempre visitado por personas del extranjero y
nacionales.
Aspectos de la Feria de
Otavalo
Es una feria en la que se vende de todo, desde productos agropecuarios
(y sus comidas derivadas), hasta otros de la artesanía y la industria
otavaleña.
En la feria
No es necesario decir que el bus retornó a Quito “más pesado, con las
compras (tanto en diversidad como en abundancia) hechas por nuestros colegas
excursionistas.
Diana, Ricardo y Marcela,
con sus compras
Enseguida tomamos rumbo hacia la ciudad de de Cotacachi, caracterizada por
su tradición musical y por la industria basada en el cuero. Y por ahí también
se compró de todo: cintas, carteras, bolsos, chaquetas, etc. Siempre con un buen
regateo (que es parte de la cultura local), ya que se dice que “el buen negocio
es aquél que le agrada a ambas partes: comprador y vendedor”.
Vistas de Cotacachi
El cierre del paseo – y, de
cierta forma, de los aplacibles días pasados en Quito – fue con un almuerzo en
el restaurante Puerto Lago, degustando platos típicos de la culinaria local,
con opciones según el gusto de cada uno.
Una de las mesas del
almuerzo
Restaurante Puerto Lago
Y al final, para que quedara como un recuerdo más de esta fiesta de la
filatelia interamericana, se tomó una foto “de despedida”, con todos los
turistas-filatelistas reunidos, y teniendo por fondo el imponente volcán Imbabura.
Foto de despedida
Bueno, estas fueron unas breves crónicas sobre cada día de actividades
en Quito. Ahora regresamos a nuestras casas con muchas cosas más por recordar y
comentar en los días que se siguen.
¡Gracias, Quito!, ¡Gracias, AFE!, ¡Gracias, amigos filatelistas
ecuatorianos! ¡Y hasta una próxima!