Organizar una exposición filatélica de mayor porte
siempre estuvo condicionado a (por lo menos) cuatro factores esenciales:
patrocinio (estando normalmente los Correos del respectivo país entre los
principales auspiciantes), local adecuado para ello, disponibilidad de marcos
expositivos, y un buen equipo organizador.
En los días actuales, hemos observado una tendencia
a la abstención, por parte de las empresas operadoras oficiales de correos, no
solamente en lo que toca al trabajo directo de organización de la
infraestructura para las exposiciones, sino también en el presupuesto que
reservan al apoyo (y, de cierta forma, también al fomento) de las exposiciones
filatélicas de mayor envergadura.
Ante tal situación, y para que las exposiciones sobrevivan,
algunas federaciones filatélicas (o entidades nacionales equivalentes) tratan
de buscar el apoyo de organismos y fondos culturales, de las municipalidades,
empresas privadas, etc. para poder llevar a cabo exposiciones y muestras
filatélicas, aquí y allá.
Ya tuvimos la oportunidad de mencionar en este
noticiero el caso de algunas entidades filatélicas nacionales que trataron de
empezar un programa de inversión en la producción de marcos expositivos, que
son un insumo fundamental cuando se piensa en programar cualquier exposición.
Pero el hecho es que incluso cuando se cuenta con
recursos de patrocinio para alquilar los marcos, no siempre se encuentran en el
mercado (o sea, en las empresas que suministran materiales para eventos de esta
naturaleza) exhibidores adecuados para el montaje de colecciones filatélicas.
Por lo general, cuando se encuentra algo pasible de
uso, tales exhibidores tienen que ser adaptados o modificados, y no siempre con
el resultado que se espera. Otras veces, la empresa que gana alguna licitación
o contrato (de Correos, en el caso) simplemente trata de fabricar las piezas
según las especificaciones del contratante, con la esperanza de que puedan
alquilarlas en el futuro, ya sea para nuevos eventos filatélicos u otros en que
estas piezas sean eventualmente aprovechables.
De manera que el gran paso que han dado algunas
federaciones filatélicas ha sido el de tratar producir e incorporar a su
patrimonio los marcos que necesitan. En el caso de la Federación Argentina de
Entidades Filatélicas – FAEF, por ejemplo, ellos iniciaron este programa hace
algún tiempo.
Antiguos marcos de la
FAEF (en la exposición Río Grande 2012, Argentina)
Nuevos marcos producidos
por la FAEF (vistos en su sede en Buenos Aires)
Como ya tienen un patrón de diseño para los mismos,
trataron de estimular también a sus clubes afiliados para que, poco a poco, y
según sus posibilidades, traten de agregar algunos más a su propio acervo. Así,
cuando los argentinos tienen que organizar una exposición nacional, o incluso continental,
ya están plenamente capacitados para ello, incluso con varios casos recientes
de exposiciones regionales (Mercosur) y FIAF patrocinadas por la FAEF.
Han abierto, pues, el camino, demostrando que el
mismo es viable.