Hemos aprendido, de las enseñanzas de grandes maestros de la Filatelia
Temática, que siempre se debe respetar – y, más que nada, tratar de comprender
– el gusto del coleccionista. Esa es
una premisa básica que hace que un filatelista elija coleccionar un determinado
tema y, eventualmente, también exhibir su trabajo en exposiciones competitivas.
Decidir autónomamente sobre qué tema tratar está, por lo tanto, en la
base de la motivación que lo llevará a desarrollar, de forma placentera, una
determinada colección año tras año, y quizás por toda la vida.
En ese camino es increíble ver que, en el fertilísimo terreno de la
creación humana, no hay límite para el número y la variedad de temas sobre los
cuales se puede coleccionar. Es lo que hace nuestra afición tan atractiva y
apasionante.
Por lo general, los filatelistas temáticos suelen definir sus propias
preferencias sobre la base de cosas que les gustan o conocen bien (sus
profesiones, hobbies, etc.), o que estén interesados en aprender o conocer más
profundamente. Así que hay todo un universo de posibilidades, que abre
múltiples alternativas hacia la mejor opción de cada uno.
A más de eso, incluso para temas considerados “más comunes” existe
siempre un lado original, de percepción particular, que lleva a que los coleccionistas
salgan en busca de nuevas formas para abordarlos.
Pero además de la preferencia de cada uno en cuanto al tema elegido,
originalidad e innovación son palabritas mágicas que no se debe perder de vista
a lo largo en todo el proceso creativo de una
participación competitiva.
En cuanto al material postal-filatélico (apropiado, por supuesto) que
el expositor utiliza para desarrollar su tema, es natural que intervengan
también aspectos de gusto personal y libertad de elección. Sin embargo, para
que se pueda lograr buenos resultados es importante utilizarlo
con inteligencia, razonamiento, equilibrio y buen sentido.
Por lo tanto, a pesar de los aspectos de
subjetividad involucrados en la evaluación de todo lo que es estético y
artístico, el principio del respeto al gusto del expositor, en sus
distintas formas de manifestación, debe estar presente en la evaluación del
trabajo integral por él expuesto en las competiciones filatélicas.